Es una terapia de las llamadas energéticas o vibracionales, que se encuentra dentro de las llamadas medicinas holísticas que tratan al ser en conjunto.
Redescubierta por el Dr. Edward Bach a principios del siglo pasado (1930 aprox.)
Edward Bach: Médico nacido en Gales, alopático, bacteorólogo, en un momento determinado de su carrera profesional decide renunciar a la medicina convencional ya que piensa que sólo se encarga de tratar los síntomas físicos de la enfermedad, pero que esta según se da cuenta Bach tiene un origen mucho más profundo.
Una oportunidad perfecta para practicar, para resolver dudas, para ampliar conocimientos, para analizar y resolver casos, para darle vuelta al entramado de las esencias y a su utilización profesional.
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La medicina alopática según decía Bach trata la enfermedad como una alteración más o menos importante de la salud, tratando al
cuerpo como si fuera una máquina y a la enfermedad como una avería en alguna de sus partes. Hablaba también de la importancia en la
medicina alopática convencional, de como a través de sus tratamientos se intenta que desaparezcan todo tipo de síntomas físicos.
Con el paso del tiempo su conciencia del todo se amplía y comienza a encontrarse más cerca de las disciplinas holísticas que toman al
ser no por partes sino como un todo y a la enfermedad como energía densa que por diferentes motivos no hemos sabido o podido asimilar,
tratando entonces las causas de la enfermedad y no los síntomas físicos exclusivamente.
Seguidor de las teorías de Paracelso, siglo XVI y de Hahnemann, padre de la Homeopatía, siglo XIX
Edward Bach se da cuenta de como cualquier enfermedad se da siempre en primera instancia a nivel energético por una mala asimilación
de un suceso traumático para el ser, como de ahí creará un pensamiento-emoción que si logra instalarse en el cuerpo físico y a través de
dificultar el buen funcionamiento de las glándulas endocrinas, logrará poco a poco extenderse por todo el cuerpo.
Lo que van a tratar las Medicinas Holísticas entonces será poner solución a la enfermedad a nivel energético antes de que tenga oportunidad
de llegar al cuerpo físico. Si desaparece la causa, la enfermedad no tendrá lugar de ser. Y si ha llegado intentar restablecer la armonía natural.
Para Bach la enfermedad se produce por un choque, por una disonancia entre el alma, que es la esencia de cada ser y la personalidad-ego.
Este choque producirá un desequilibrio a nivel mental-emocional, por lo tanto a nivel energético, que si persiste durante un tiempo podrá alcanzar
el cuerpo físico produciendo así cualquiera de las enfermedades tal y como las conocemos.
Edward Bach intentó buscar una forma de aliviar y de corregir esas causas de las enfermedades y decidió buscar en la naturaleza.
Pasó los últimos años de su vida investigando y buscando remedios florales para poder tratar estados emocionales y mentales del ser
y lo consiguió. Descubrió los llamados 12 Curadores para acabar complementándolos con 26 remedios más.
Estos 38 remedios forman las 38 Flores de Bach que se encargan de tratar cualquier tipo de desequilibrio energético, mental o emocional del
ser.
La Terapia Floral de Bach se encarga de tomar al Ser como cualquier otra medicina holística, trata al paciente y no a la enfermedad.
Con estas 38 Flores de Bach, que están agrupadas en 7 grupos, se tratan todos los tipos de miedos, la preocupación, la falta de interés en el
presente, la incertidumbre, la soledad, el desánimo, la falta de confianza...... así como cualquier de las otras emociones o hábitos mentales
que dañan al ser humano.
Las esencias Florales como terapia, suelen ser tomadas, realizando varias repeticiones al día y actúan por vibración sobre el
campo energético del ser vivo, armonizándolo. No luchan contra el desequilibrio sino que lo que hacen es potenciar la virtud opuesta al defecto
que ha causado tal desequilibrio hasta que este no tenga razón ni posibilidad de ser.
Cualquier ser vivo puede ser tratado con Flores de Bach, ya que cualquier ser vivo siente y está formado por un sistema energético.
Las esencias Florales son inocuas, compatibles con cualquier otro tipo de tratamiento médico u holístico.
SU EFICACIA RESIDE EN EL ACIERTO POR PARTE DEL TERAPEUTA DE LAS FLORES QUE EL PACIENTE NECESITA TOMAR
Y EN EL ACOMPAÑAMIENTO EN EL PROCESO DE REEQUILIBRADO ENERGÉTICO.